Aunque que las emociones y los sentimientos se parecen y que se pueden confundir, tienen diferencias.
Las emociones:
Las emociones pueden surgir por causas diferentes. Unas son reacciones fisiológicas espontáneas a una situación X. Otras pueden ser neurológicas generadas por la actividad del cerebro. Según la actividad mental y los pensamientos, encontramos emociones cognitivas.
Un impacto personal que puede ser causado por un recuerdo del pasado o por una situación presente. La emoción sentida puede generar unas manifestaciones físicas como por ejemplo: agitación, aceleración de la frecuencia cardiaca y/o respiratoria, palidez, enrojecimiento, inquietud, sudoración, dolores, somatización etc… se pueden presentar manifestaciones psicológicas como pensamientos negativos o positivos, cambio de estado de ánimo y/o de humor, la mayoría estas sensaciones son cortas, unos minutos, depende de cómo el individuo las sepa administrar.
El cuerpo reacciona a un estímulo del ambiente en el cual se encuentra, se pone tenso para actuar adecuadamente a la estimulación presente. Esa descarga emocional permite al cuerpo volver al equilibrio, eso es la función bio-reguladora de la emoción. La emoción es una reacción instintiva del cuerpo sin vínculo con la mente. Las emociones percibidas pueden ser calificadas por algunos como agradables, desagradables, positivas o negativas. Por estos calificativos que pueden parecer como juicios limitantes y reductivos, los individuos pueden reprimirse a expresar la emoción presente y perjudicarse al impedirse de llorar o de enojarse. Yo prefiero la noción de neutralidad para calificar una emoción.
Una emoción es una reacción justificada y apropiada cuando uno se encuentra en una situación externa en particular como, la alegría, posterior a un evento alegre, como el enojo frente al irrespeto, como el miedo en caso de un peligro, etc.
Los juicios de la sociedad con respecto a las emociones sentidas y expresadas son fuentes de inhibición para algunas personas. Los reprimen por miedo a las miradas de los demás. Aconsejo y enseño a mis pacientes a acogerles sin juicios, sin crispaciones, a expresarlos de forma natural y adecuada para que la energía contenida pueda circular y evacuarse. Esto permite que quienes lo viven vuelvan al equilibrio. De lo contrario, cuando se inhiben las emociones, el cuerpo permanece tenso y la energía contenida se acumula para formar una reserva de energía densa que con el tiempo puede resultar perjudicial para la persona y su entorno. Es una forma de «bomba» emocional. De ahí la importancia de cuidarlas evacuando sus contenidos para prevenir enfermedades, problemas relaciónales, accidentes, violencia verbal o física etc.
Las sensaciones humanas universales, las más frecuentes cualquiera que sea la cultura como: ira, tristeza, alegría y miedo, pueden impactar fuertemente el cuerpo generando sensaciones fuertes en el individuo como dolor o presión en el pecho, rigidez muscular, dolor de estómago o en los intestinos.
Por las diferencias culturales que sean familiares y/o sociales, de personalidad, de historias y experiencias de vida, de géneros, etc…, todos expresamos las emociones de diferentes formas, sin embargo, las sentimos y las compartimos al unísono (igual). Las emociones nos impactan en los mismos órganos (el miedo en el vientre, la alegría y la tristeza en el corazón).
Unas emociones como la alegría y el amor impactan el cuerpo en su globalidad, mientras que la vergüenza y el miedo afectan una parte en particular como el estómago o el intestino.
Unas emociones nos ponen en estados de ánimo dispuestos a la creatividad, la ganas de festejar la vida, al desarrollo personal etc… Al contrario, unas emociones pueden afectar el cuerpo causando daños y/o enfermedades.
La complejidad del ser humano es una creencia que compartimos, alcanzamos de una cierta manera a racionalizar unas emociones, por saber cómo y dónde se sienten la tristeza y la alegría.
Para mí, es importante que uno sepa que nuestros actos y comportamientos pueden afectar a los demás, sin embargo, uno puede ser responsable de las emociones o sentimientos que siente el otro, pero este mismo tiene la responsabilidad de lo que le pertenece según su historia personal; es decir las heridas vividas en el pasado a través de sus experiencias (tuve la oportunidad de desarrollar el tema de las cargas emocionales personales producidas por las experiencias pasadas), por lo que les propondré un próximo artículo dedicado a la empatía, un herramienta humana interesante para poder descodificar y entender las emociones y sentimientos de los demás.
Los sentimientos
Los sentimientos son estados más duraderos que se desarrollan con el tiempo. Los sentimientos florecen y crecen según situaciones personales imaginarias o reales vividas en el presente. Se puede que también salgan de un recuerdo del pasado es decir desde un impacto emocional mayor o menor, el grado de sentimiento vivido es muy subjetivo y relacionado a la sensibilidad y la historia personal de la persona que lo está sintiendo.
Aunque estén íntimamente relacionados, las emociones y los sentimientos son diferentes.
Como expliqué más arriba, las emociones son producciones fisiológicas.
A diferencia, los sentimientos son construcciones mentales, son estados afectivos psicológicos.
Desde las raíces, los sentimientos hacen vivir y sentir emociones variables según la situación vivida y la importancia que le da la persona. Al contrario, desde las emociones pueden nacer sentimientos. Uno se podría perder y confundir entre emociones y sentimientos (por ejemplo: una persona de cualquier género y edad tuvo miedo de un comportamiento violento que sea físico y/o verbal de otra persona (emoción), luego podría desarrollar inseguridad (sentimiento) al ver o al oír una persona gritar o enojarse. Un sentimiento puede ser la extensión de una emoción, me explico: la decepción con respecto a la tristeza o la frustración con respecto a la ira.
Un sentimiento puede nacer desde la manifestación de emociones reprimidas o una asociación de varias emociones. Cuando una emoción sentida fue inhibida como por ejemplo la vergüenza o el miedo, se pueden devolver en contra del protagonista en un sentimiento de rechazo. En este caso, es una construcción mental, desde allí nace el sentimiento construido por el autor, que estará activo debido a esta experiencia o por situaciones parecidas presentes o futuras. Tal elaboración puede permanecer unos años, depende del cómo, del por qué el individuo lo mantiene y le da importancia a este sentimiento.
A tomar en cuenta: Un sentimiento de cualquier naturaleza se refuerza cuando esta “alimentado”, al contrario, una emoción desaparece en unos minutos.
Cuando uno vive un sentimiento doloroso, es importante reconocerlo, aceptarlo, sentirlo y entenderlo sin juicio. Observarlo como tal, sin reforzarlo, al expresarlo sencillamente como en el caso de una emoción. Al alimentarlo, el riesgo sería de anclarlo y mantenerlo, a medio o largo plazo, dándole así el poder y el control.
El reconocimiento es una etapa importante para liberarse y deshacerse de los nudos emocionales y afectivos que componen el sentimiento presente. Desde las raíces del sentimiento saldrán emociones por reconocer, por cuidar y por expresar fisiológicamente (cuerpo) para limpiar, sanar y liberarse por completo. Luego, viene el momento de deshacerse y decodificar las construcciones mentales y sus mecanismos propios de las cuales el protagonista tendrá que “desidentificarse” volviendo a controlar, retomando su propio poder sobre sus sentimientos. En esta etapa es recomendable solicitar ayuda profesional para acompañamiento psicoterapéutico.